Pierre fotografiado por Paco Sánchez en Nimes, 2009. |
Pierre era catedrático de Lengua y Literatura inglesa y trabajó en universidades de Canadá, Francia y Marruecos. A mediados de los cincuenta acude con asiduidad al local parisino 'El Catalán', frecuentado por una incipiente afición francesa que ya estaba familiarizada con sonidos “distintos” como los del jazz manouche de Django Reinhardt, el gran guitarrista gitano. Asimismo los Lefranc visitan en varias ocasiones Madrid donde suelen ver a Perico el del Lunar y a los dos cantaores citados además de otros que trabajaban en el tablao Zambra.
Poco a poco Pierre va adquiriendo una sólida formación en lo que al cante se refiere.
Poco a poco Pierre va adquiriendo una sólida formación en lo que al cante se refiere.
En uno de sus viajes a Marruecos recalan en La Línea de la Concepción donde encuentran de manera casual a Anzonini, el genial festero del Puerto de Santa María, y al linense Bartolomé Agapito Heredia Heredia, que les abre las puertas de su hogar. El interés por conocer el flamenco en sus sitios de origen es captado rápidamente por el portuense que lleva a los Lefranc a hogares gitanos de la Baja Andalucía donde se mantenía el cante como una parte del paisaje cotidiano. Acceden por tanto a unas formas cantaoras y a unos repertorios que eran de difícil acceso para cualquiera y aún más para unos extranjeros. Entre 1961 y 1964 visitan La Línea, Chiclana, Cádiz, Jerez, Rota, Utrera, Alcalá de Guadaira y Dos Hermanas, donde graban en la intimidad del hogar, y casi siempre sin guitarra, las voces aún inéditas por aquella época de Tío Borrico, Paulera de Jerez, Agujetas el Viejo y su hijo Juan el Gordo, Manolito de María, Perrate de Utrera, Santiago Donday, el Negro del Puerto,
Orillo del Puerto y unos jovencísimos Rancapino y Pansequito. Algunos como Juan Talega, Chato de la Isla y la Perla de Cádiz ya habían dejado algo registrado en disco en esa época. Pero hubo además otros cantaores, por cuyos conocemos sus cantes solo por lo que los Lefranc grabaron en sus cintas magnetofónicas, tales como las chiclaneras Rafaela de Tarugo –suegra de Rancapino– y Antonia Valencia 'La Castaña', María Macías Moreno 'La Sabina' –madre de Donday–, Paulera Viejo, Antonio Jarrito y Juan Barcelona. Algunas de estas voces aparecerán a primeros de los setenta en la serie de TVE 'Rito y Geografía del Cante'. En la época en que los Lefranc viajan por la Baja Andalucía Caballero Bonald comenzó un trabajo similar para la casa comercial Vergara, que en 1968 publicará su imprescindible Archivo del Cante Flamenco. Muchas de las grabaciones efectuadas por los Lefranc las sacamos a la luz Luis Soler y yo en los Testimonios flamencos (CDs que acompañaban la Historia del Flamenco, de Tartessos) con el permiso del matrimonio y de los artistas implicados o, en su defecto, de sus familiares.
Yane Lefranc y Rafael Romero en París. (Archivo Lefranc, 1959, cedida por Paco el Pecas) |
Orillo del Puerto y unos jovencísimos Rancapino y Pansequito. Algunos como Juan Talega, Chato de la Isla y la Perla de Cádiz ya habían dejado algo registrado en disco en esa época. Pero hubo además otros cantaores, por cuyos conocemos sus cantes solo por lo que los Lefranc grabaron en sus cintas magnetofónicas, tales como las chiclaneras Rafaela de Tarugo –suegra de Rancapino– y Antonia Valencia 'La Castaña', María Macías Moreno 'La Sabina' –madre de Donday–, Paulera Viejo, Antonio Jarrito y Juan Barcelona. Algunas de estas voces aparecerán a primeros de los setenta en la serie de TVE 'Rito y Geografía del Cante'. En la época en que los Lefranc viajan por la Baja Andalucía Caballero Bonald comenzó un trabajo similar para la casa comercial Vergara, que en 1968 publicará su imprescindible Archivo del Cante Flamenco. Muchas de las grabaciones efectuadas por los Lefranc las sacamos a la luz Luis Soler y yo en los Testimonios flamencos (CDs que acompañaban la Historia del Flamenco, de Tartessos) con el permiso del matrimonio y de los artistas implicados o, en su defecto, de sus familiares.
En el centro Anzonini del Puerto junto a su hija María Luisa
y su esposa María Reyes
Suárez, en su casadel Puerto de Santa María. Junto a
Pierre Lefranc está Agapito Heredia. (Archivo Lefranc, 1961)
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Yane Lefranc junto a los anteriores. (Archivo Lefranc, 1961) |
Pierre Lefranc entre en la venta que tenían en Cádiz. (Archivo Lefranc, 1961) |
Pierre y Yane en Niza. (Fotografía de Ramón Soler, 1999) |
Los Lefranc junto a Luis y Ramón Soler en Málaga.
(Fotografía de Ramón Soler, 2000) |
Visité en dos ocasiones su casa de Niza, la primera en 1999 y la segunda en 2004, y ellos la mía en 2001 y al año siguiente, lo que estrechó una amistad que hasta entonces se había limitado al plano epistolar. La visita de 2001 fue debida a que Pierre acudió junto con Yane al Congreso de Flamenco de Algeciras, donde presentó su libro. También coincidí con él en la Universidad de Harvard en 2004, en unas jornadas que Elvira Roca, mi mujer, organizó sobre Andalucía. Ella revisó la traducción al español de su libro, que tradujo Nelly Clémessy, buena amiga de los Lefranc. Pudo Pierre en aquella ocasión mantener fructíferas conversaciones con el profesor Márquez Villanueva, el gran hispanista.
Lefranc presentando su libro en el Congreso de Algeciras, junto a Manuel López Rodríguez y Pablo Franco. (Archivo Lefranc, 2001) |
Fundamental en la vida de Pierre ha sido Yane, nacida en la ciudad de La Golete cuando Túnez era todavía un protectorado francés. Compartía con su paisana Claudia Cardinale belleza –de joven fue modelo– y simpatía y acompañó a Pierre en su viaje al centro de lo jondo de una manera digna de encomio. En las últimas semanas y sabiendo del delicado estado de salud de Pierre he hablado con ella varias veces y fue ella misma quien me avisó del fatal desenlace a las dos horas del óbito. Me pidió que eligiera un cante para el funeral de Pierre pues así era el deseo de él. Elegí unas sobrecogedoras siguiriyas que les cantó Santiago Donday en 1961, unos martinetes que le grabaron a Juan Talega en su casa de Dos Hermanas en 1964 y la citada alboreá de Rafael Romero.
Los Lefranc junto a Elvira Roca en Árchez, Málaga. (Fotografía de Ramón Soler, 2002) |
El flamenco pierde a un fino investigador de vasta cultura humanística, que ha vivido el flamenco desde dentro en una época en la que en muchos pueblos de Andalucía el cante era algo natural. Los que le hemos conocido lamentamos profundamente la desaparición del amigo.
Pierre y Elvira Roca, en |
Fiesta posterior con Tomás de Perrate cantando, el tocaor americano
Juanito Pascual y Pierre a las palmas (Fotografía de Ramón Soler, 2004) |
By Ramón Soler (Enero 2016)
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