sábado, 30 de marzo de 2013

Vámonos de Fiesta....


En el Diario mercantil de Cádiz 28 10 1828 se publicaba el siguiene BANDO DE BUEN GOBIERNO

D. Felipe de Fleyres, Caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Gobernador militar y político de esta plaza (Cádiz)

Art. 12. Que los dueños de cafés, neverías, cervecerías, confiterías y otra casas públicas y de juegos lícitos, cuiden de la buena conducta de sus mozos, de la compostura en las reuniones, de que no se hable de gobierno, y de que no se permitan escándalos, disensiones ni ruidos. Estas casas se cerrarán precisamente a las 10 de la noche en invierno y a las 11 en verano; y a los contraventores de este artículo se impondrán las penas correspondientes según el grado de culpa y circunstancias.

Art. 15. Que en las tabernas, tiendas de montañeses y puestos de licores no haya cánseles, biombos, cortinas, mamparas, ni cuartos interiores ocultos y destinados a encubrir la embriaguez e impureza, bajo pena de cerrarse estos establecimientos y no permitir a sus dueños este tráfico con ofensa de las costumbres públicas.

Art. 20. Que nadie transite por las calles cubierto el rostro, ni con máscara, ni disfraz alguno, bajo las penas de las leyes.

Art. 50. Siendo las horas de la noche destinadas para el descanso de las fatigas y tareas de los trabajos del día, como al mismo tiempo las más indispensables a conservar el sosiego y tranquilidad de la humanidad doliente, se prohíbe absolutamente toda clase de música, TANGOS, JALEOS de palmadas, gritos y CANTARES DESHONESTOS productivos de borracheras, robos y otras consecuencias de la mayor consideración.

Con estas leyes tan restrictivas, nos preguntamos como pudo una Ciudad como Cádiz ser tan bullanguera y dada a la fiesta. Por las noticias repescadas de la prensa histórica, nos van aclarando -poco a poco- que con lo que respecta a esta Ciudad, el barrio de La Viña se llevaba la palma (1844.- Un jaleo pobre en el barrio de la Viña). En estas dos noticias observamos que 'concluído el drama se bailaran jaleos andaluces o una fiesta en el barrio de la Viña', repitiéndose el mismo espectáculo al año siguiente (1850). Es precisamente esta época donde se va configurando -poco a poco- esto que llamamos flamenco y que todavía desconocemos el por qué de dicha denominación.

 

 Ya en 1870 se anuncia en prensa (Teatro Circo Gaditano), el baile español 'Una fiesta flamenca'.


El Diario de Cádiz de 04 04 1906, nos deja esta sabrosa noticia ocurrida en la vecina localidad de Chiclana y la rotula como 'Fiesta Andaluza', pero fiesta andaluza como sinónimo de flamenca y taurina, no como anteriores noticias, donde lo bolero era lo que imperaba.....

'Repuestos del susto mediante unas copas de vino, empezó la fiesta, tocando magistralmente la guitarra el aplaudido aficionado don Fernando Gómez, cantándose, entre otras cosas, unas magníficas malagueñas El Chiclanero (Manuel Muñoz), soleares Manuel Ortega, y una angelical niña, sobrina del Sr. Ofarrell (creo que se trata de La Niña de Chiclana), interpretó unas guajiras que parecían arrancadas de la propia manigua'

Aunque poseo el audio de esta Niña de Chiclana, he preferido invitar a los viitantes del Callejón, a esta versión de dicho cante en la portentosa voz de Carmen de la Jara y la guitarra de Juan José Alba (Este audio pertenece al doble CD - Tesoros del cante antiguo gaditano, que le produje en el 2009)

Guajiras de la Niña de Chiclana



6 comentarios :

  1. Amigo Antonio, el uso del término "flamenco" pudo producirse debido a la sustantivación de un adjetivo. Si "flamenco" era alguien echao pa´lante, valiente, aguerrido, altivo, etc. entonces el arte que practicaban y cultivaban estos personajes también lo era. Las descripciones de los artistas flamencos, sus poses, formas de ser, etc. están en la línea de lo que se considera ser "flamenco". Steingress ya detecta el uso del término en este sentido en el teatro de finales del XVIII, por ello, debía estar extendida esta denominación. Mucho antes además de que flamenco fuese sinónimo de gitano, que es de aparición posterior. Luis Suárez Ávila sugiere la identificación con el "cuchillo flamenco" por medio de una metonimia, algo muy posible, de ahí pudo identificarse el ser flamenco con el cuchillo que muchos portaban por entonces. El caso es que a finales del XVIII "flamenco" es sinónimo de "chulo" y las personas del entorno artístico que estudiamos están en esta línea de comportamiento, "¡no te me pongas flamenco!" decía mi abuela cuando era niño y me pasaba de la raya.

    Debió extenderse poco a poco el uso de "flamenco" a estas gentes, y poco después a su arte, el tiempo fue consolidando su uso. Y ¡anda que no son flamencos los gitanos!, quizás la gran nómina de artistas gitanos que había y su identificación con el personaje flamenco contribuyó también a la extensión de su uso

    Esas fiestas de tangos y jaleos de palmas debieron ser de aupa. Un abrazo Antonio y gracias por los chismes del Callejón

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  2. Gracias por comentar amigo Guillermo. sí, conozco esas hipótesis y todo puede ser.... :) pero hay que dar con la prueba irrefutable..... y que yo sepa, aún no se ha conseguido... Yo nunca me topé con ninguna acepción relativa a 'alguien echao pa´lante, valiente, aguerrido, altivo' al menos a finales del XVIII y principios del XIX. Si y muchas con la hipótesis del amigo Luís Suárez, pero sobre los años 40 del XIX, flamenco es sinónimo de gitano y de ahí pasó al cante. De todas formas, en su momento le dedicaremos una entrada a ver que encontramos por ahí.

    Un fuerte abrazo, mostro

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  3. Hola Antonio. Incorporo algunos datos para apoyar mis afirmaciones anteriores.

    Como decía, a finales del siglo XIX, ya estaría más o menos extendida la denominación de “flamenco” para cierto tipo de personaje. En 1794, un “cantador”, que se hace llamar J.M.A “El Madrileño”, acostumbra a “salir de noche” e “ir de bureo”:


    “Ni porque algún día
    fuimos compañeros,
    en salir de noche,
    á ir de bureo:
    Yo era cantador,
    tú hacías versos,
    y también tocabas
    algún instrumento.
    El grande Tarifa
    muy fruncido y hueco
    nos hacía el baxo
    con un gran puchero.
    […]
    Mas porque no tardes
    en saberlo,
    en esta Ciudad
    lo dirá Pacheco,
    Vázquez y Laboria,
    y también Texeiro,
    Villarreal, Montoya,
    Xavier "el Flamenco";
    Hasta el gran Quitollis,
    si acaso no ha muerto,
    te dirá quién soy,
    y Curro el Ollero.” (Blas Vega "El Flamenco en Madrid" p.55)


    Yendo más atrás en el tiempo, Luis Suárez Ávila, propone como origen del uso del nombre “flamenco” para ciertos personajes, la utilización de un tipo de cuchillo llamado “flamenco” por gentes de “rompe y rasga […] pronta a sacar el cuchillo o la navaja para dirimir cualquier cuestión” . Encuentra este autor en el sainete El soldado fanfarrón (1785) de Juan Ignacio González del Castillo, la utilización del término “flamenco” para designar un tipo de “cuchillo”:


    “CABO: Señores; ¿qué ha sido esto,
    que un remolino de gente
    por la ventana está oyendo?
    JUANA: El melitar, que sacó,
    para mi esposo, un flamenco.
    SOLDADO: Ni un francés, ni un italiano
    he sacado yo” (“Flamenco: motivación metonímica y evolución cultural del nombre de los gitanos y de su cante” )


    También Manuel García en su ópera El poeta calculista (1804), saca a relucir este cuchillo en el diálogo antes del aria “Ah que monstruo…”:


    “…Como decía mi amo
    A la ninfa: no me acuerdo
    Cómo se llamaba…en fin
    A la que empuña el flamenco…"

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  4. Luis Suárez explica que el “cuchillo flamenco”, fue arma de acreditado uso por gitanos y no gitanos, desde tiempos muy antiguos hasta casi nuestros días, e imprescindible, aún hoy, entre los gauchos argentinos, que la tienen por herencia española. Y también cuenta cómo fue un arma frecuente en las reyertas callejeras, recordando la escena Pulpete y Balbeja de Estebánez Calderón , en la que dos bravos se enzarzan de esta forma:


    “[…] Esto hecho, se desnudaron de las capas con donoso desenfado y desenvainaron para pinjarse cada cual: El uno, un flamenco de tercia y media con el cabo blanco y el otro un guadifeño de virola y golpetillo, ambos hierros relucientes que quitaban la vista, y agudos y afilados […]”


    Gerhard Steingress, es quien mejor ha sabido explicar los orígenes sociológicos del género. En su libro Sociología del cante flamenco (pág. 330 y ss.), describe cómo el término “flamenco”, también estaba asociado al uso de una determinada jerga o lenguaje de germanía. Este autor explica cómo el hablar en una jerga “agitanada”, con palabras en caló, se había puesto de moda en el último tercio del XVIII en sainetes y tonadillas teatrales, comparándose con el habla de un “flamenco” (quizás oriundo de Flandes) antes de que “flamenco” fuese sinónimo de “gitano”. Aparece en un sainete de 1831 titulado Los Gitanos de Cádiz o sea El Tío Conejo:


    “Dice el director de origen francés al Tío Conejo (gitano que le quiere enseñar el caló):


    Mi estar comer encontronfios, viva el Cachucha:
    Coneco mi saber parlar Quitano, ¿eh?
    Y el tío conejo le responde:
    Lo mismito que un flamenco”


    Está claro que se compara al “gitano” con el “flamenco” y no al revés, independientemente de quién fuese el “flamenco”. Pero más importante aún, es su reflexión sobre una gacetilla de 1858:


    “[…] Ponderaba un gitano flamenco de la raza más pura […]”


    Señalando que el absurdo del pleonasmo, no es tal, porque en realidad, lo que esta describiendo es que el gitano tenía formas o maneras “flamencas”. Por ello, está claro que el término apareció en el ambiente bohemio no para referirse a los gitanos en sí primero, sino como identificación de un determinado ambiente de artistas, y que hubo gitanos flamencos y gitanos no flamencos, ya que no tendría sentido decir “gitano gitano de la raza más pura”.


    Espero sirva, amigo. Un abrazo

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    1. Hola amigo Guillermo. Dejo tu contestación en 'espera' pero por poco tiempo y la subiré como entrada, porque es muy interesante. Perdona que no te conteste aquí y si lo haga, si encuentro fundamentos, en la entrada. Un abrazo y gracias por tus siempres bienvenidas aportaciones.

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  5. Muy bien Antonio, esperamos acontecimientos en el callejón. Un abrazo

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