“Titiriti
ti ti ti tirititando de frío”, nos hemos quedado todos tus amigos y los
buenos aficionados al flamenco. Tu ida,
a voz de pronto y sin previo aviso,
nos deja un vacío enorme, porque querido “Cascarilla”, amén de
cantaor, fuiste también bonísima persona y eso siempre se agradece.
“Cascarilla”
fue el nombre artístico de José Vargas Fernández, cantaor, que nació en el
Barrio de Santa María un 4 de abril de 1929. Más concretamente en la calle
Suárez de Salazar nº 13 tercera
planta. Hijo de José Vargas Cruz,
montador de la Aviación y de Ana Fernández Espeleta. Hermano de Juan, Alfonso, María e Ignacia. Por parte paterna, estaba emparentado con
Joseico, Tío de la Perla y con Juana Cruz, madre de Camarón. Por la materna ;
con Gaspar Fernández Espeleta, hermano de su madre y padre de “Alfonso el de
Gaspar” y con Paulita Fernández que a decir de los antiguos habitantes de
su barrio, -caso de mi buen amigo, Antonio Soto Espeleta-, “bailaba estupendamente en la superficie de
una losa de 35 x 35, sin salirse un ápice de su perímetro”. Llevaba
además otro apellido flamenco, el de Monge. Apellido que han llevado flamencos
gaditanos, caso de Antonio Monge “El Planeta”, Lázaro Quintana Monge y
Rosario Monge “La Mejorana”. Por
consiguiente, “Cascarilla” proviene de una vasta estirpe flamenca.
Con
apenas 10 años, fallecen sus dos padres en el intervalo de apenas un año, lo
cual obviamente marca su carácter y su modo de vida, dejando el Colegio “Grupo
Franco” para dedicarse a “buscarse la vida” con tan corta edad.
En 1988 es entrevistado
durante varias sesiones, por el periodista Enrique Treviño en su
programa “Diálogos” de Radio Cadena Cádiz, donde José nos
contó con todo lujo de detalles su aventurera vida, la cual a
grandes trazos detallaré a continuación:
Fallecidos sus padres se dedica a cantar por el muelle, La Bella
Sirena, bar Pepín, Calle Nueva, con su inseparable amigo Felipe “La
Frasca”, padre de Felipe Scapachini, pero según sus propias
manifestaciones, sin resultado alguno, pues solo le querían pagar
con vino, así que decide meterse a polizón en un barco y viajar a
América. Lo descubren y lo devuelven cuando el barco iba por el Faro
de las Puercas con un práctico a Cádiz.
No sería su
única aventura, pues cuando cumplió los 16 años se embarca
nuevamente de polizón, rumbo a Barcelona, en el buque “Villa de
Madrid” escondido tras una piña de plátanos y gracias a la
comprensión y ayuda del mayordomo del barco, pasa a formar parte de
la “Sala Macarena” de la Ciudad Condal, siendo su primer tocaor,
Antonio González, padre del “Pescailla” (marido de Lola
Flores).
En Barcelona estuvo
bastante tiempo hasta su ingreso en el servicio militar, teniendo la
suerte de tocarle como destino su ciudad de nacimiento. Por aquel
entonces Manolo Caracol rodaba en Cádiz, allá por 1951, la película
“La Niña de la Venta”, conjuntamente
con Lola Flores. Se
encuentran ambos personajes y le pregunta a Cascarilla
en que cuerpo le había tocado realizar el servicio militar. José le
respondió que en Artillería, a lo cual Caracol jocoso le respondió
“pues serás entonces la bala”. Y es que Cascarilla ha
sido un gran hombre, pero de pequeña estatura.
En
1953, se constituye el grupo “Los Gitanillos de Cádiz”,
formado por “Cascarilla”, Alfonso Valle “Bendito”
y su mujer Conchita Aranda. Y aquí es donde realmente se consagra
como cantaor de baile, pues este grupo tuvo bastante éxito durante
17 largos años, donde llegaron a impresionar una docena de discos
grabados en gran parte en Francia, inclusive en un par de ellos en
pizarra caso de su primero, grabado en 1953 para la discográfica “La
Voz de su Amo” y el segundo `para la Compañía del Gramófono
Odeón, [1954].
Realizaron
una gira por casi toda Europa para posteriormente después y por
mediación de Juan Vargas (el de la Venta de San Fernando) viajar a
América. Primero a la Habana en el “Covadonga” y de ahí a
Méjico. En la Habana también le pasó un suceso gracioso, pues en
una de las salas donde actuaba, el portero era un mulato de gran
envergadura y cuando vio a “Cascarilla” y le interpeló de
la siguiente forma “Oye chico, tu por qué eres tan pequeño”
a lo cual “Cascarilla”, rápido como el viento, le
replicó con un “porque yo soy hijo de un único padre”.
El moreno al principio no reaccionó, pero pasados varios minutos
cayó en cuenta y estuvo buscándolo por toda la sala al objeto de
ajustar cuentas con nuestro personaje.
Caracol el del bulto con el cantaor Manolo Vargas |
Otra
anécdota simpática le sucedió antes del viaje a América. Caracol
“El del Bulto”, padre de Manolo Caracol enterado de su
viaje a América donde se encontraba su hijo Manolo, le hizo entrega
de una carta dirigida a su hijo, con la indicación de que “ni
se le ocurriera abrirla”, cosa que así hizo el bueno de José.
Cuando
este hizo entrega de la carta, Caracol se puso las gafas, leyó su
contenido y empezó a reírse a carcajada limpia y a exclamar en voz
alta “Ole viva Cai”. Las risas eran
provocadas por el contenido de la carta, la cual textualmente decía
“Ahí te mando a estos tres chiquititos. El pelargón
(antigua
leche de crecimiento de Netslé) y la maicena te
lo mando en próximo viaje” . Arte y figura del padre de
Caracol, que era gaditano de pura cepa y también con muchísimas
anécdotas en su haber de corte humorístico.
Viajan a Méjico con
Manolo Caracol, en una gira que duró un año. Dejan plantado al
maestro, cuando éste partía para Buenos Aires y el grupo estaba
contratado para ello, según “Cascarilla” porque “todo
lo que tenía de buen artista, lo tenía de guasa”. Con el
tiempo Caracol, les pasó factura, impidiendo su contratación en Los
Canasteros.
Después
residieron un largo tiempo nuevamente en Barcelona actuando en la
sala Villarosa y en El Catalán. El grupo se separa y se viene a
Cádiz y el inicia un nuevo periplo por Madrid pero sin grandes
resultados. Ello provoca que pusiera una carnicería de carne
congelada en la calle Navas, todo por indicación de José Brea
“Breita” cuñado de Manolo Vargas. Al principio tuvo gran
éxito pero con el tiempo devino a menos. Se colocó de recepcionista
en el Hotel Regio, alternando este oficio con el de maestro de
cuadros en la sala flamenca “El Tablao” de Cádiz, hasta su
jubilación.
José
Vargas, amén de artista que lo era y mucho, ha sido un verdadero
personaje de Cádiz, un verdadero “obrero del flamenco”. Es por
consiguiente patrimonio inmaterial de esta Ciudad; él y por supuesto
su dos compañeros de aventuras, Bendito y Conchita Aranda.
Ya
jubiliado y por mediación de dos de sus grandes amigos, caso de
Rafael Román ex Presidente de Diputación y gran “culpable” de
su vuelta al flamenco y Joaquín Lineras “Niño de la Leo” graba
un par de discos en solitario, el primero producido por la Diputación
de Cádiz y arreglos musicales del “Niño de la Leo” titulado
“Cádiz, mis recuerdos.” (Fonoruz, D.L. 1999) y el segundo
producido por Joaquín Lineras titulado “A Cádiz” (2002).
En ambos discos hay temas muy interesantes desde el punto de vista
flamenco. En el primero citado, es digno de mención un cante por
Bulerías titulado “Abraham” cuya autoría le corresponde a su
primo hermano, “Alfonso de Gaspar” y que también este lo
tiene impresionado. En el segundo es muy destacable un cante
arromerao, titulado “Estando la sapita haciendo” que hacía La
Perla y que según sus manifestaciones lo hacía su madre “Rosa
La Papera” y un tango flamenco de 1901, titulado “De los
Lunares” que tuvo gran aceptación en los albores del siglo XX y
que Cascarilla rescata del más absoluto de los olvidos.
Al baile Agustín el de la Morcillera con el cante de Cascarilla |
Así
mismo también ha intervenido en el disco navideño “Toma
Castaña – Nochebuena en Cai” (Fonoruz, D.L. 2001) y en el
titulado “Nochebuena Gitana del Barrio de Santa María”
(Fonoruz, D.L. 1996)
El
4 de mayo de 1992, las peñas, entidades flamencas e instituciones le
brindaron un merecido homenaje en el Teatro Andalucía (El Gran
Teatro Falla por aquel entonces se estaba remodelando), que contó
con la participación de Alfonso del Gaspar, Manuel Sordera, Chano
Lobato, Rancapino, Adela La Chaqueta, Fernanda de Utrera, Juanito
Villar y Mariana Cornejo.
Colaboró
en la Bienal de Sevilla del año 2000 con el espectáculo "Cádiz
y sus cantes, ¡Cosas de Cádiz!" junto a los artistas;
Chano Lobato, Mariana Cornejo, Juan Villar, Loli Jiménez, Juana la
del Bolo, Selu, "El Bohiga", Chana, Encarnita Anillo,
Jineto, Manuela Fernández, Carmen Jiménez y Amadora Amador.
El
Ayuntamiento gaditano, en sesión celebrada en 3 de octubre de 1997,
acordó conceder la denominación “Gitanillos de Cádiz” a una
calle en el barrio de La Laguna y mas recientemente a petición de la
AA.VV. “Las Tres Torres” también se acordó modificar el nombre
de lar la plaza Clara Campoamor sita en el Barrio Santa María, por
el de Plazuela de los Gitanillos de Cádiz.
El
7 de marzo del 2011, el grupo al completo es invitado al Festival de
Jerez, en un ciclo de vivencias celebrado en el Teatro Villamarta ,
donde Cascarilla le cantó nuevamente al baile de Conchita.
La Cátedra de
Flamencología de Cádiz al completo, hemos querido dejar testimonio
escrito de tu buen hacer para con el flamenco gaditano y sobre todo
de tu enorme calidad humana. Reciba su viuda Sra. Rosario Jiménez y
sus dos hijas, Ana y Silvia, nuestro más sincero y sentido pésame
por tan irreparable pérdida.
Un
fuerte abrazo, José.
Fdo.:
Antonio Barberán Reviriego
Antonio, felicidades por esta iniciativa, es una gran alegría que te hayas decidido a abrir este blog, el cual seguiré con mucha atención.
ResponderEliminarRecuerdo la buena tarde que pasamos hace unos años con Cascarilla en Cádiz, te honra recordarle desde este espacio.
Un abrazo
Hola Carlos, muchas gracias por tus palabras. La verdad es que todavía no le cojo muy bien el ritmo a esto. Pero poquito a poquito jejejje. Sí que me acuerdo cuando quedamos con Cascarilla, le traías un disco de pizarra de los Gitanillos, para que te lo firmara. El no salía de su asomobro. Un fuerte abrazo y voy a seguir alimentando este callejón. Un abrazo
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