Semblanza del pequeño homenaje que se le tributó
a Chiquito de Cádiz en el "Arsa" (18-03-2011)
Es para mi un verdadero honor y
un enorme placer, ejercer de maestro de ceremonias, en este acto en el cual le
tributamos merecido homenaje a la figura
del cantaor gaditano “Chiquito de Cádiz”
Feliz idea que parte del gerente de esta sala , Luisma Rubio, el cual
poco a poco está configurando en el “ARSA”, un espacio común para que nos
reunamos en familia todos los amantes del flamenco de Cádiz.
Chiquito, se llama Servando
Domínguez Carrión, nacido en la calle El Duque en la Mirandilla y dentro de
tres días justamente, cumplirá 80 fandangazos caracoleros. Ha tenido tres
vástagos con su querídisima mujer Ana: A Luisa que también es artista, a
Fernando carnavalero de pro y flamenco de corazón y a su Jesús, que es el pequeño de la familia.
El guitarrista Ignacio Álvarez, Chiquito y la cantaora Carmen de la Jara |
Servando es un verdadero
personaje, queridísimo por todos por su simpática forma de ser, por su
personalidad arrolladora y sobre todo porque los -duendes flamencos- le proveyeron de una
magnífica garganta, donde el cante se tuesta a fuego lento y le brota con una
aroma genuino y auténtico.
Pepi de Ignacio y Chiquito-Peña Puerto Lucero (Sanlucar) |
Chiquito es uno de los últimos supervivientes de la desaparecida Atlántida gaditana, ahora que sabemos que la famosa isla se ubicó frente a nuestras costas. Heredero universal de Pericón, Beni, Aurelio, Espeletas, Niño de la Palma de Oro, Ramón Jarana, Niño de la Viña, Almendrita, Los Melus, Breíta, Chururú, Mogiganga y un largo ect. que se buscaban la vida en los cuartos de cabales de las ventas como Corona, Los tres Reyes, Privadilla, Parra la Bomba, Cueva del Pájaro Azul, Tienda de la Habana, etc Es en resumidas cuentas un ARTISTA amén de CANTAOR, y digo artista en mayúsculas, porque el arte es un don divino que solo determinados cantaores posee.
Solo hay que observarle para
saber que nos encontramos frente a un dandy. Reparen en su aspecto indiano Chiquito
gusta vestirse como los antillanos, con
su guayabera cubana, de la cual se desbalcona su colorido pañuelo flamenco, zapatillas de impoluta loneta blanca, pantalón con perfecta raya y siempre calado
con un sombrero de palma. No hay
compostura como la suya. Viste de forma impecable y personifica a un Cádiz
trimilenario y ultramarino que comercializaba día a día con las Américas. ¿Hay
arte o no en su presencia?
Chiquito es mucho Chiquito y su
andadura flamenca comenzó siendo niño con la celebrada compañía artística los
“Chavalillos de España”, la cual se nutría de jóvenes promesas como Servando.
Con 14 años ganó su primer
concurso de fandangos en Barcelona, acto que organizó la
Casa Juman. En dicha ciudad condal residió
hasta los años 50.
En 1951 se fue a vivir a La Línea de la Concepción, donde
convivió con los cantaores Juanito
Maravilla, Chaquetas, Chato Méndez y actuó en numerosas ocasiones con los
citados en un tablao que tenía en dicha localidad el cantaor Jarrito.
Trío 'Los Gaditanos' |
Compartió cartel en Algeciras con
Los Gaditanos, agrupación formada por los cantaores Molina, Chiquetete (Padre
de Isabel TPantoja) y Flores el Gaditano. También ha compartido cartel con
Fernando Terremoto y Fosforito.
Estuvo trabajando como camarero
en dos lugares míticos para el flamenco gaditano. El primero a citar, la Venta que tenía La Perla de Cádiz en la
carretera del Puerto Santa María frente a la Venta el Maca. Allí conoció a todo el mejor
elenco cantaor de entonces.
Taberna 'El Burlaero' de Agustín 'El Melu' |
El segundo y no menos importante
fue el bar “El Burlaero” propiedad de la familia Melu, donde con muchísima
asiduidad acudía Manolo Caracol. Y hete aquí, que Caracol, deja mella directa
en la forma cantaora de Chiquito. Servando es Ortega de convicción, no por vínculo sanguíneo pero si puro estado
sentimental.
Allí trabó amistad con nada más y
nada menos que con Pastora Imperio, hija de Rosario la Mejorana, con su hermano
Victor, guitarrista de Pastora, con Gitanillo de Triana, Antonio el Sevillano,
Mairena, ect…
Fíjense ustedes, como se va
configurando un artista y como la universidad de la vida le va subiendo de
curso, hasta que logra graduarse.
En el año 57 vivió en Sevilla y
allí frecuentaba el bar La
Campana, propiedad de Pepe Pinto y Niña de los Peines. Allí
conoció a Manuel Vallejo, segunda llave de oro del cante, a Marchena,
Valderrama, Canalejas. También frecuentó el bar “Los Majarones” enclavado en
plena Alameda de Hércules, donde paraban los hermanos Mairena, Chocolate y un
sin fin de buenos artistas.
Fue policía municipal en Cádiz y
como compañero tenía a otro gran flamenco, Manuel Moreno “Niño de la Viña”. Los dos realizaban el
servicio por aquel entonces en bicicleta y cuando la ocasión acompañaba y
sabían de una fiesta, presto y veloz acudían y terminaban los dos metíos en
jarana. ¡Oleeeeeeee! ¡Arte puro!
En una ocasión y estando de
servicio, un matrimonio que iba en coche de caballos lo contrató para que en
trayecto hasta la Catedral
le cantara unos fandanguillos, por el cual cobró mil pesetas de las de
entonces.
De la policía local de Cádiz pasó
a la de San Fernando y de ahí dio un salto a la Compañía Trasantlántica
hasta su jubilación. Ha conocido el mundo entero y dentro del barco y fuera de
él, no ha parado nunca de cantar, porque el cante ha sido el que le ha dado la
energía que tiene para vivir.
Quiero por último citar tres
actos en los cuales conté con su participación. El primero en el homenaje que
le tributamos a Enrique El Mellizo en el 2006, conmemorando el centenario de la
defunción de este enorme cantaor. Chiquito una semana antes del acto, sufrió un
accidente casero y casi no podemos contar con su participación. Pero se
restableció como pudo y cantó en el Gran Teatro Falla y como cantó. Demostró que es Caracolero por castigo y que la sangre 'Ortega' fluye por sus venas, aunque no guarde parentesco con la familia que más artista ha aportado al arte flamenco.
AUDIO GRABADO EN EL GRAN TEATRO FALLA - 2006
La segunda ocasión fue en la
inauguración del centro municipal flamenco “La Merced”. Que contó con la
presencia de Doña Sofía de Borbón y en donde Chiquito, preso de nervios la bautizó con el apellido “Loren”.
Comprenderéis la que se formó. Dicha ocurrencia, salió publicitada en numerosos
periódicos, televisiones y radios.
Lo mejor no fue eso, sino lo que
me contó a mí después, ya que yo ejercía de director de escena de los artistas. Me dice,
"amigo Antonio, eso quisiera el Rey, que Sofía fuera Loren". ¡Oleeeeeeee! Otra vez
¡Arte puro!.
La tercera fue en el 2007 cuando
programé un ciclo flamenco al cual titulé “Cabales de Cuarto” patrocinado por la Diputación de Cádiz y en donde
conté con la participación de Chiquito, Felipe Scachini, Joaquín Alegría, Paco del
Solano, Pepi la de Ignacio y con las guitarras del Niño de la Leo y de Adriano Lozano.
Actuamos en muchísimas peñas de la provincia, donde se dejó huella del buen
hacer de estos artistas.
A nivel personal quiero decirte,
querido Servando que eres una persona maravillosa y que tu corazón es muy
grande, para que te llamen Chiquito. Te quiero y te queremos todos los que hoy
te acompañamos. Un fuerte aplauso.
Fdo.: Tu siempre amigo, Antonio Barberán
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